Hay en Canarias más de veinticinco variedades de papas antiguas, que hoy se encuentran protegidas por una Denominación de Origen y sellos de calidad. En Icod el Alto se siguen sembrando después de cuatro siglos, gracias a los agricultores que han conservado las semillas, el ciclo de la siembra, los cuidados, el tipo de suelo y la altitud.
Aunque en un principio la papa fue una curiosidad botánica en Europa, con el paso del tiempo se convierte en un producto importantísimo dentro de la alimentación de los pueblos europeos. Su valor nutricional y gastronómico ha sido ampliamente apreciado por el ámbito culinario.